Hacer memoria para la paz desde la educación contextual
En el camino de generar y mantener la convivencia
pacífica y alcanzar una paz estable y duradera, la academia se encuentra frente
el desafío de contribuir a recuperar la memoria de las víctimas del conflicto
armado y diseñar nuevos modelos pedagógicos y curriculares dirigidos a promover
la cultura de paz, la solidaridad y el pluralismo.
En el horizonte de materializar la premisa básica del principio de nunca
más y evitar que se vuelvan a repetir las graves violaciones a derechos
humanos, que han sufrido miles de personas del pueblo colombiano con ocasión
del conflicto armado, es necesario asumir y desarrollar la memoria como
principio rector de la ampliación de la democracia y la construcción de la paz.
Recuperar y tejer puntos geohistóricos que ayuden a identificar hitos
de memoria es fundamental para determinar patrones de conducta que contribuyan
a establecer las causas estructurales que sostuvieron la guerra por tantas
décadas, en medio de la intolerancia social y la democracia restringida.
Uno de los casos trabajados con este enfoque metodológico de investigación
se puede apreciar en el artículo “Geopolítica crítica del Urabá, a manera de
ilustración sobre la recuperación de la memoria en contextos” (Cuartas, 2015).
Por ejemplo, el miércoles 21 de agosto de 1996, mientras en la escuela
La Cadena se celebraba el acto Hagamos juntos la tarea de la paz, la niña
Victoria le indicó a la alcaldesa Gloria Cuartas que “llegaban unos hombres
pintando paredes y con armas, que iban a matar un niño…” La alcaldesa comenta:
“veo que cogen al niño, se lo traen a la mitad de la manga, lo golpean en el
estómago y le cortan la cabeza”. El 12 de agosto de ese mismo año la alcaldesa
“había notificado por escrito que los
paramilitares habían llegado a Apartadó” (Sandoval, 1998, p. 19).
paramilitares habían llegado a Apartadó” (Sandoval, 1998, p. 19).
Este relato corresponde a uno de los casos de destrucción de la población
y sus proyectos autonómicos, en una de las regiones más azotadas por las
violencias y epicentro de la aniquilación de La Unión Patriótica, una de las
fuerzas políticas con más incidencia de finales del siglo XX, concretamente la
década del 80, en el posicionamiento social de proyectos alternativos y de
resistencia a la expansión del paramilitarismo en alianza con fuerzas
políticas, económicas, institucionales y empresariales nacionales e
internacionales.
A pesar de la consolidación de la matriz social del paramilitarismo en la región, la comunidad de paz de San José de Apartadó hoy continúa en la región con su proyecto de organización en resistencia y con proyectos alternativos comunitarios, económicos y sociales.
En principio, el paramilitarismo fue una estructura militar encargada
de proteger y garantizar la expansión de los megaproyectos económicos,
empresariales y políticos nacionales e internacionales que se consolidaban en
la región, como la ganadería extensiva, la industria transnacional del banano,
los cultivos de palma, la explotación de madera y la minería. Posteriormente se
posicionó como fuerza política y económica, hasta incrustarse en las esferas
del poder institucionalizado y refundar la patria a costa del terror y el
crimen organizado contra la población y con la población.
El hecho atrás narrado a modo de ejemplo para hacer memoria es uno más
de los cientos de episodios que se vivieron en la región del Urabá y que
replicaron en distintos lugares del territorio nacional, especialmente donde el
modelo económico impuesto por la globalización neoconservadora se hizo más
fuerte y visible.
Hacer memoria nos recuerda la necesidad de encontrar relaciones entre
hechos que parecen aislados y sin conexión, que nos ayuden a recuperar los
motivos profundos que subyacen en ellos y construir los contextos sobre las
graves violaciones a derechos humanos, en el propósito de contribuir a la
desestructuración de las organizaciones del crimen y evitar que se vuelvan a
repetir las violencias. Para las nuevas investigaciones sobre la memoria como
núcleo de la verdad es conveniente superar la relación binaria
guerrilla/paramilitarismo, y apostar a recuperar la memoria de las víctimas en
contextos territoriales y conocimientos geográficos para la comprensión de las
relaciones entre economía, derechos humanos, política y justicia social.
Se trata de cuestionarnos sobre los lugares de la memoria y la
justicia territorial: el papel de la memoria histórica en los procesos de paz.
¿Qué y cómo son los lugares de la memoria, necesarios para superar la herida
territorial? ¿Qué tipos de memoria se han hecho manifiestos y qué estrategias
de memoria se pueden potenciar para hacer visibles los lugares y la
espacialidad de la memoria? ¿Qué papel jugaron las diversas instituciones en
los lugares donde ocurrieron las violencias, el papel de la administración de
justicia, de las gobernaciones, de las alcaldías, de la Personería, de la
Procuraduría, de la Defensoría, de la Contraloría, de la política, de los
militares, de las universidades, de los colegios, de las escuelas, de las
Iglesias? ¿Qué acciones realizaron los distintos estamentos para frenar el
horror y la muerte?
Es crucial también preguntar por el papel de las instituciones en
medio del terror de la violencia: ¿Cómo incluyeron a las comunidades que
sufrieron el conflicto en los presupuestos y planes territoriales? ¿Qué
principio de seguridad sustentó el orden territorial y permitió el
mantenimiento del conflicto? ¿Cómo se aseguró la administración del territorio
por parte del Estado sin que se hiciera visible la memoria de las víctimas
frente a lo ocurrido en sus territorios?
Los daños que produjo la guerra sobre el tejido de la vida del pueblo
colombiano, sobre el entorno social y ambiental, han dejado una herida difícil
de superar, con una matriz de odio y desconfianza, desafío inmenso en
el proceso de redefinición de las bases para construir una convivencia pacífica
basada en el diálogo, la solidaridad y la cultura de paz con enfoque en
derechos humanos.
De
ahí la importancia de generar estrategias pedagógicas dirigidas a restablecer
el respeto por los derechos de las víctimas y de la población en general. En
la apuesta por la conquista de la paz, y en el proceso de avanzar hacia una
sociedad más justa, se hace cada vez más urgente recuperar el valor de los
sentimientos, de las emociones, de sanar el tejido roto por el odio y la
polarización social, instauradas culturalmente para mantener la idea de un
enemigo común.
El
trabajo de la memoria como núcleo de la verdad ayuda a comprender la posición
del sujeto y la familia en el contexto de producción de los dispositivos de
sostenibilidad del conflicto en los diversos territorios donde se causaron los
hechos victimizantes, y las razones que dieron origen a las violaciones a los
derechos humanos, de manera que se logre identificar el tipo de reparación que
se deba dar a cada una de las víctimas: reparación simbólica, reparación individual,
reparación colectiva, pues hay una deuda del país con la recuperación de las
memorias de las voces diversas que han sido afectadas por el conflicto en los
respectivos territorios donde tejieron sus planes de vida, así como las
alternativas que han desarrollado como aporte a la construcción de la paz.
En el ejercicio de recuperar la
memoria y construir la paz, la academia cumple el papel fundamental de
interesar a la comunidad estudiantil en la investigación de temas que afectan
por su repercusión social, y contribuir a su divulgación en el entendido que
aportan nuevas visiones y conceptos. Atentos a dicho compromiso, en la presente
edición de Criterio Jurídico Garantista se
publican los trabajos de autores que desde distintas áreas de formación y con
diferentes ópticas analizan derechos inherentes a la realización de los seres
humanos: justicia, salud, educación, por citar algunos, como se verá a
continuación.
La Corte Constitucional y el papel determinante de sus decisiones es
objeto de estudio en dos artículos: en el primero, que se publica en su
totalidad en inglés, “The role of Constitutional Courts in Transitional
Justice: Colombia and South Africa”, la magíster en derechos humanos,
Nadiehezka Paola Palencia, analiza comparativamente la decisión sudafricana
sobre el Acto del Parlamento de “Verdad y reconciliación” y la sentencia
colombiana sobre el Acto Legislativo Marco Jurídico para la Paz, estableciendo
similitudes y diferencias entre los dos sistemas; en el segundo, “Evolución del
concepto de familia bajo el Estado social de derecho”, Jorge Eduardo Estupiñán
estudia las variaciones conceptuales a raíz de los pronunciamientos de la
Corte Constitucional, en los que no solo ha adoptado una posición garantista
con el fin de eliminar del ordenamiento jurídico colombiano toda forma de
discriminación en razón de la orientación sexual, sino que ha llenado el vacío
jurídico respecto a la reivindicación de algunos de los derechos de la
población lgbti ante la inactividad y la omisión legislativa
sobre este particular.
Analizar la acusación de relativismo hecha al pensamiento decolonial y
sus consecuencias negativas es el propósito de Jorge Sierra Merchán en su
artículo “Pensamiento decolonial, relativismo cultural e injusticia
epistémica” donde, entre otras ideas, sostiene que las pretensiones
decolonizadoras del saber pueden ser entendidas como el anhelo de que no exista
injusticia epistémica, que algunas injusticias epistémicas no siempre son el
resultado de acciones intencionales de los agentes, y que no es fácil sostener
que la ignorancia de ciertos hechos morales es exculpatoria de responsabilidad
moral.
La experiencia articulada del Centro de Investigaciones y Educación
Popular/Programa Por la Paz (cinep/ppp) y otras
organizaciones de derechos humanos, respecto a la búsqueda y recuperación de
los cadáveres de las víctimas desaparecidas que han fallecido a causa del
conflicto armado en el departamento del Guaviare, es presentada por los
estudiantes de la Maestría en Ciencias Penales y Forenses, William Rozo y
Carolina Puerto, en el artículo “Una aproximación a las exhumaciones
humanitarias a partir del caso Charras (Guaviare, Colombia)”, donde resaltan
cómo esta primera iniciativa humanitaria constituyó un paso importante hacia la
sensibilización de la institucionalidad pública, frente de la posibilidad de
reconciliar las tensiones entre la operación del sistema judicial y el universo
de las necesidades y expectativas de las víctimas.
“La política pública de educación en Colombia y Chile: gestión del
personal docente y reformas educativas globales”, es el título desde el cual
los doctorandos Julián Raúl Flórez y Gerardo Flórez analizan la carrera
docente y las reformas educativas en el marco de las nuevas tendencias globales
de alto contenido gerencial, adoptadas por los gobiernos en cumplimiento de
disposiciones de organismos internacionales como la ocde. La política pública de educación en Colombia y
Chile, señalan los autores, está marcada por una fuerte corriente neogerencial,
que se ha inscrito en los ordenamientos jurídicos que la regulan y que, hasta
el momento, no ha mostrado los mejores resultados. Por el contrario, un modelo
educativo público basado en las necesidades propias de sus naciones puede ser
una solución alternativa y quizá más eficaz que un modelo estandarizado
totalmente ajeno a la realidad de la sociedad colombiana y chilena.
El tema de la violación de los derechos humanos es tratado por dos
estudiantes de Maestría en Derechos Humanos, desde la situación de dos grupos
poblacionales altamente vulnerables: los habitantes de calle y las mujeres.
Sandra Milena Ocampo, en el estudio “El ser humano como ciudadano: una mirada
desde los derechos humanos de los habitantes de y en la calle de Bogotá,
localidad de Los Mártires” encontró que al no existir entre esta población un
conocimiento detallado sobre los derechos humanos, tienden a definirlos a
partir de sus necesidades materiales y emocionales (buen trato), o de la
exclusión que los estigmatiza al identificarlos con todo lo malo, situación que
se refuerza y legitima con la indiferencia social, e impide verla como un
problema que pone de manifiesto la incompetencia del Estado frente al
aseguramiento de unas condiciones de vida dignas para toda la población. Y
Astrid Paola Patiño, en “Problemática de la atención en salud a mujeres
víctimas de abuso sexual”, busca concientizar en que el desconocimiento de la
política internacional y nacional respecto a la atención en salud, a las
víctimas de violencia sexual, provoca revictimización; expone cómo evitar una
nueva vulneración de derechos; y hace un llamado a la articulación del trabajo
entre los sectores salud, protección y justicia, no sin antes señalar que
cualquier tipo de violencia ejercida contra una mujer es una vulneración a sus
derechos humanos y una lesión contra la estructura de la sociedad. En el
abanico de acciones que es necesario emprender para contrarrestar la
vulneración de los dd. hh. está la aplicación de los lineamientos oficiales sobre su enseñanza,
algo que Nidia Andrea Galvis analiza a partir del estudio que realizó en el
Instituto Gestión Informática y Guía Académica, del municipio de Duitama, y que
la llevó a concluir que, por una parte, falta apropiación conceptual y práctica
por parte de los docentes y, por otra, la necesidad de formar a los estudiantes
en dd. hh. por ser principios rectores de la vida escolar, la convivencia
pacífica y la responsabilidad ciudadana.
En “El pluralismo jurídico en la jurisdicción indígena y el buen vivir
en Colombia”, los profesores investigadores externos, Carlos Alfonso Cárdenas
y Pedro Alfonso Sánchez, reflexionan sobre los diferentes conflictos entre el
sistema judicial nacional y la jurisdicción indígena en la aplicación del
sistema punitivo. Sugieren: entablar un diálogo intercultural para que la jurisdicción
indígena sobreviva al avasallamiento de la cultura occidental globalizada;
proponer una ley de coordinación como medida necesaria para lograr que la
integración sea dentro de la diversidad y no por efecto de la imposición; y
combatir la impunidad.
Juan Simón Rico, magíster en Derechos Humanos, se propone demostrar en
su estudio la violación del derecho de asociación sindical de que son objeto
los trabajadores de las flores. Basado en el caso de dos empresas floricultoras
ubicadas en Madrid y Funza (Cundinamarca), concluye que la mayoría de quienes
allí laboran no se sienten realizados con esta actividad y tampoco la
consideran deseable para sus hijos, por las condiciones de sobreexplotación,
precariedad, inestabilidad laboral, bajos salarios e irrespeto por la dignidad
humana que les ha tocado vivir. Propone reivindicar los derechos de estas
personas, y en especial de las mujeres, quienes a pesar de ser mayoría deben
someterse aún más por el hecho de ser madres cabeza de familia; elevar el nivel
organizativo de los sindicatos; y un papel proactivo de las centrales obreras
por una política pública en la materia.
Sergio Luis Mondragón y María Margarita Torres, profesores
investigadores externos, se proponen establecer en el trabajo “Responsabilidad
disciplinaria de los servidores públicos en materia contractual, en el
departamento del Tolima”, cuál ha sido la fundamentación jurídica que han
adoptado los operadores judiciales en sus distintos fallos relacionados con
extralimitación u omisión de los servidores públicos, en actividades
desplegadas dentro del proceso de contratación pública, a partir de la entrada
en vigencia de la Ley 1474 de 2011.
Los vientos de paz que soplan con fuerza y en firme nos plantearán
retos de mayor compromiso, que estamos prestos a asumir como comunidad
académica y que iremos registrando desde estas páginas.
Dídima Rico Chavarro
Referencias
Sandoval Ordoñez, M. (1998). Gloria Cuartas. Por
qué no tiene miedo. Bogotá, Colombia: Temas de hoy.
Cuartas
Montoya, G. (Junio 2015). Geopolítica crítica del Urabá. Criterio Jurídico
Garantista,7(12), 80-113.
Comentarios
Publicar un comentario