El lenguaje contrahegemónico en la investigación académica


El colonialismo, per se, es una categoría que entrelaza la idea de poder hegemónico y poder subyugado. Desde el mismo descubrimiento de América, el proyecto europeo de globalización económica tuvo como fundamento de su expansión el sometimiento de los pueblos aborígenes americanos en sus propios territorios, base de la explotación de los recursos y del desarrollo económico capitalista.     
La metáfora del globo terráqueo se hizo a imagen y semejanza de los conquistadores. El desarrollo del modo de producción económico basado en la acumulación del capital de manera incesante y expansiva geográficamente, implicó la delimitación territorial entre poseedores y desposeídos. La fragmentación social en clases con intereses antagónicos, junto a la creación de una matriz social soportada en la sostenibilidad de todo tipo de violencias, fue el motor del modelo económico. Además de las clases sociales, que no solo se diferenciaban por el reparto económico desigual, se introdujeron dispositivos de choque culturales que respondían a estereotipos de construcción de identidades centrados en una división social y del trabajo, según el color de los cuerpos, los cuales emergieron como construcciones mentales que definirían el fundamento del colonialismo como poder hegemónico expresado bajo la noción de raza, la cual de por sí lleva inserta una connotación que introduce desigualdades enunciadas como valores de superioridad e inferioridad biológica.
Según Quijano (2000), la raza se introdujo como hipótesis válida de una estructura biológica diferencial que ubicaba a los conquistadores en situación natural de superioridad. Entre las nuevas identidades que se construyeron socialmente en América, figuraron los indios, negros y mestizos, “raza e identidad racial fueron establecidas como instrumentos de clasificación social básica de la población” (pág. 2).1
La clasificación y distribución social de la población mundial quedaron identificadas por su raza y según el lugar geopolíticamente estratificado, conforme al interés de lo que sería Europa y Norteamérica como polos modelo de desarrollo.      

Sistematizar la forma como el capital se expande en el mundo de acuerdo con el territorio que ocupa,
y explicar cómo se producen las relaciones sociales y económicas, las medidas y estrategias de seguridad caracterizadas de hegemónicas, es una de las responsabilidades de los investigadores que trabajan en la transformación de los modelos económicos hacia propuestas alternativas centradas en el principio de solidaridad y la proyección de los planes de vida sociales y personales acordes con el principio del buen vivir.
Dicha responsabilidad entraña dejar atrás alternativas que desde lo pequeño repiensan la noción de calidad de vida como complemento del crecimiento económico y la multiplicación de necesidades basadas en nuevos bienes de consumo ajenos, los cuales se sostienen sobre el principio de la competencia y la desigualdad, según las posesiones individuales y materiales que dividen y discriminan socialmente las poblaciones.
En ese contexto es conveniente conocer, participar y visibilizar el trabajo de las organizaciones y movimientos de resistencia y de solidaridad, para producir modelos alternativos que están registrando otras formas de nombrar y argumentar. Los debates contrahegemónicos se realizan desde una participación directa en los asuntos que afectan la vida cotidiana. Así lo afirman, por ejemplo, las mujeres afrodescendientes que se movilizaron en Colombia el 25 de noviembre de 2014, procedentes del Cauca, departamento ubicado al sur del país: “Nuestro amor por el territorio como fuente de vida y pertenencia ha sido la garantía para sostener uno de los patrimonios naturales y genéticos más ricos del mundo. Nuestros territorios han sido de vida, alegría y paz”, y que expresan la sistemática defensa al derecho a la memoria y la producción propia.
El geógrafo inglés David Harvey, en su obra Espacios de Esperanza, sostiene que Colombia es un caso patético de las consecuencias del modelo neoliberal:

La historia de Colombia es terrible porque es un claro ejemplo de acumulación por desposesión, pues los gobiernos de este país andino han entregado el territorio a las transnacionales minero-energéticas para su explotación, las cuales a su vez son protegidas por el ejército y cuentan con todas las gabelas del estado Colombiano. La acumulación por desposesión se da en Colombia como la  mercantilización, y privatización de la tierra, expulsión violenta de campesinos y la transformación de los derechos  comunes en derechos privados. La desposesión o despojo, se logra liberando activos, incluida la fuerza de trabajo a un coste bajo y en algunos casos nulo. (2003).


Se trata, entonces, de desarrollar un mayor compromiso desde la academia y la investigación con la problematización de categorías como las de raza, globalización y desigualdad económica, de manera que se propicie un pensamiento más crítico y encaminado a desvelar las estructuras del poder hegemónico. Ello implica perforar desde lo pequeño los muros de contención y control social de las necesidades que el capital impone en su carrera de expansión; fortalecer en los territorios donde se tejen las relaciones que irradian el tejido de la vida social, la autonomía y la potencia de la resistencia con la recreación permanente de nuevos paisajes de vida posible; resignificar los lenguajes, como por ejemplo el de raza, para convertirlo en un instrumento de lucha dirigida a romper las estructuras que discriminan y humillan a las poblaciones por una supuesta desigualdad biológica, que no es más que una de las formas de violencia como el poder del sistema económico capitalista se reproduce.
En esta línea de pensamiento, Criterio Jurídico Garantista publica en el presente número trabajos de investigación que indagan por realidades cotidianas del país y constituyen un aporte a los debates contrahegemónicos que se reclaman a la academia. El politólogo Edwin Cruz Rodríguez, en el artículo “Relaciones cívico-militares, negociaciones de paz y posconflicto en Colombia” examina dichas relaciones en el marco de las actuales negociaciones de paz e identifica algunos de los posibles retos para un eventual postconflicto: realizar una reestructuración integral de las FF. AA. que permita un control democrático de estas instituciones; la definición de prioridades, la detención de su crecimiento y la reasignación de roles y funciones de acuerdo con las necesidades de seguridad.
En el artículo “Familia y conflicto armado. Deconstrucción de la noción de víctima en el occidente de Boyacá”, los magistrandos en Derechos Humanos Julio César Barajas y Michael Adolfo Acevedo exponen la arbitrariedad de los criterios de exclusión por parentesco consanguíneo utilizados en la Ley 1448 de 2011 y lo que ello representa para las víctimas de las familias no convencionales, a partir del estudio de un caso paradigmático encontrado en el occidente del departamento de Boyacá (Colombia). Como resultado evidencian, entre otras realidades, la contradicción entre la importancia que el Estado colombiano dice darle a la familia a través de sus políticas públicas y el tratamiento legal que estableció para la definición de víctimas del conflicto armado interno, donde demarcó el concepto de víctima en torno al individuo y no a la familia, limitando incluso la relación de víctima indirecta a los individuos con grados de parentesco más inmediatos de consanguinidad. En “Feminicidio y derecho penal” el doctor en Ciencia Política, Farid Samir Benavides Vanegas, analiza el concepto de feminicidio dentro de un contexto más amplio de violencia contra la mujer, e intenta dar respuesta, entre otras, a las preguntas: ¿Qué es la violencia contra las mujeres?, ¿Cuál ha sido la reacción del Estado colombiano frente a actos de violencia contra la mujer?, ¿Cómo distinguir el feminicidio de un acto de homicidio en donde la víctima es una mujer?, advirtiendo que este es solamente el acto más extremo de violencia, pero no la única contra la mujer. Bajo el título “Proceso de paz y propuestas de cambio en el sistema político colombiano”, los profesores investigadores, Andrés De Zubiría Samper, máster en Derecho de las Administraciones Públicas y Gabriel Becerra Yáñez, máster en Estudios Políticos e Internacionales, se preguntan por qué la persistencia del conflicto armado interno durante ya varias décadas evidencia, entre otras razones, la continuidad de una crisis de representación del régimen y el sistema político, que a la vez es una crisis en la construcción del Estado, para pasar a analizar cuáles deben ser las reformas al sistema político colombiano que se deben implementar como resultado del proceso de negociación política que se adelanta en La Habana, Cuba, entre delegados del Gobierno Santos Calderón y de las FARC-EP, desde noviembre de 2012.
La investigación realizada por la doctora en Derechos Fundamentales, Dídima Rico Chavarro, sobre las implicaciones del proceso de restitución de tierras a las víctimas del conflicto armado, son presentadas bajo el título “Intervención de la fuerza pública en el proceso de restitución de tierras de las víctimas del conflicto armado”. Entre las conclusiones la autora anota cómo la fuerza pública, siendo parte fundamental del Estado, no da garantía de legitimidad para liderar dicho proceso; cuestiona al establecimiento frente a los intereses geostratégicos que mantienen las causas estructurales del conflicto, así como las grandes violaciones a los derechos humanos y la impunidad; y hace un llamado a revisar el Decreto 599 de 2012, pues la garantía de la restitución de tierras es parte fundamental de la agenda de paz en su aspecto territorial y de justicia local.
María Carolina Fajardo Cano, maestranda en Derecho Privado, propone en su artículo “Efectividad regulatoria de la responsabilidad social empresarial en Colombia” un modelo de regulación de la  responsabilidad social empresarial distinto y único para el país, mediante el cual hacer efectivas las finalidades de la figura y obtener de esta el mayor provecho, analizada la experiencia nacional e internacional en la materia. Luego de mostrar los beneficios para el Estado, para las empresas y para la sociedad, reitera cómo un adecuado tratamiento de la RSE puede tener grandes ventajas, una de ellas, garantizar los derechos de los grupos de interés y la sociedad en su conjunto, a través del trabajo  mancomunado Estado-sector empresarial, cuya cooperación facilita alcanzar los objetivos de cada  uno de estos y aboga por darle a la figura una oportunidad para que pueda convertirse en la respuesta a diferentes problemáticas sociales y ambientales que se presentan en la actualidad.
“El sistema presupuestal territorial en Colombia” es el tema abordado de manera didáctica por los candidatos a magíster en Derechos Humanos, Pedro Alfonso Sánchez y Carlos Alfonso Cárdenas, por la importancia que representa para las entidades de los distintos niveles de la administración y por constituir herramienta fundamental para la toma y ejecución de decisiones. En él definen conceptos, objetivos, procedimientos y elementos de los planes financiero y operativo anual de inversiones, e ilustran sobre los componentes del marco fiscal y el presupuesto de los niveles territoriales en un lenguaje comprensible y preciso.
Fernando Gómez Forero, magistrando en Derechos Humanos, presenta como uno de los productos de su tesis el artículo “Alternativas para superar el hacinamiento carcelario en Colombia con enfoque en derechos humanos”, en el cual hace un análisis crítico de este grave problema de los centros penitenciarios, que por recurrente llevó a la Corte Constitucional en 1998 a acudir a la figura del estado de cosas inconstitucional.   Luego de diecisiete años de esta histórica decisión el país continúa buscando posibilidades de solución que van, según el autor, desde estructuración de formas alternativas de la pena hasta distintos mecanismos en el marco de la justicia transicional.
El artículo “Aportes de los movimientos sociales franceses al origen y evolución de los derechos  humanos” aborda la fundamentación de tales derechos a partir de una aproximación desde la visión ética y de su origen histórico, así como del papel que jugaron en su constitución los movimientos sociales en la Francia del siglo xviii y xix, en especial la Revolución francesa. Su autor, el abogado Edwin Ferney Gil concluye destacando cómo los derechos humanos son reivindicación y reclamaciones éticas construidas a partir de un discurso para la satisfacción del principio material.
Reiteramos la invitación a hacer de Criterio Jurídico Garantista el medio por excelencia para divulgar los productos del conocimiento que desde la investigación académica o fuera de ella contribuyen a la visibilización de los problemas del país y aportan ideas frescas para su comprensión y manejo.

DÍDIMA RICO CHAVARRO
Editora

[i] 1. Quijano, A. (2000). Colonialidad del poder, eurocentrismo y América Latina. En E.
Lander (Comp.), La colonialidad del saber: eurocentrismo y ciencias sociales. Perspectivas
Latinoamericanas. Buenos Aires, Argentina: Consejo Latinoamericano de Ciencias
Sociales.
Disponible en: http://bibliotecavirtual.clacso.org.ar/ar/libros/lander/quijano.rtf





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